De diseñar televisores y teléfonos a innovar con autoinyectores

Michael Smith, Director del equipo de desarrollo de autoinyectores, nos cuenta cómo su deseo de un nuevo reto lo llevó a su gratificante puesto en Teva.

Mi carrera empezó en el diseño y la fabricación de electrodomésticos. Trabajé con productos como alarmas contra incendios, teléfonos y televisores. Luego pasé a los dispositivos médicos y, finalmente, a la medicina y los productos combinados.

El catalizador para cambiar de industria fue mi deseo de un nuevo reto. Cuando diseñaba televisores y teléfonos, no veía el beneficio de lo que estaba creando, así que no conectaba con el cliente final.

En cuanto entré en el sector de los dispositivos médicos, empecé a ver el impacto de mi trabajo. Cada vez tenía menos que ver con el dinero y más con influir positivamente en la vida de las personas. Supe entonces que quería hacer algo en lo que estuviera más implicado y con más propósito.

No pensé mucho en la empresa "Teva" y sus productos hasta hace seis años, cuando cogí una caja de medicamentos sin marca en mi botiquín. Eso despertó mi interés, que se hizo más apasionante cuando empecé a ver el trabajo que hace Teva y a cuántas vidas afecta. Se centraban en cómo resolver un problema, aportando soluciones al usuario final, que es lo que me llevó a ellos.

En Teva, trabajo en autoinyectores para mejorar la forma en que los usuarios administran su medicación, haciéndola mucho menos compleja. He visto muchos avances interesantes desde que me incorporé. Por ejemplo, cuando me incorporé a Teva, los productos combinados eran algo nuevo. Pero en los últimos seis años, hemos crecido realmente en este espacio con varios lanzamientos de productos de éxito y seguimos impulsando la innovación.

Hay similitudes entre mis sectores anteriores y el mundo farmacéutico, pero también hay diferencias. La principal es la experiencia del consumidor; a la gente le preocupa mucho más el aspecto de un televisor. Sin embargo, en el sector farmacéutico, nuestros usuarios quieren saber si el medicamento es seguro y fácil de usar. Se trata más bien de lo que hace el producto que diseñamos, no de su aspecto.

También hay otros retos en I+D. El mayor para mí ha sido la estricta normativa, mucho más estricta que la de diseño y fabricación de electrodomésticos. Si hay un problema con un televisor o un teléfono, es poco probable que alguien se perjudique. Con los medicamentos y los dispositivos es muy distinto, las pruebas son muy estrictas por razones obvias de seguridad para garantizar un producto seguro y eficaz.

Entrar en Teva ha sido una experiencia muy estimulante y educativa; puedes crecer de formas que no sabías que eran posibles. Me ha encantado trabajar en el campo de la ingeniería y el desarrollo de productos, donde cada día es diferente, y ese reto no pasa de moda. Hay que trabajar duro y ser creativo para superar los obstáculos, algo que algunos ven como un reto. Nosotros lo vemos como la parte divertida.

A cualquiera que no esté seguro de cambiar de sector y pasarse al mundo farmacéutico, le diría: ¡salta con los dos pies!